Castro-Castalia Bullmastiffs

Lealtad y Heroismo caninos, Castro-Castalia Bullmastiffs
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Lealtad y Heroismo caninos, Castro-Castalia Bullmastiffs

Gorda de Castro-Castalia y Tigreton

"Los animales son buenos amigos, no hacen preguntas y tampoco critican (George Elliot)"

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define como lealtad al cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien, bellas palabras pero, además de esta bella descripción, hay una definición especial para los perros y caballos, “amor o gratitud que muestran por el hombre”, y un poco mas arriba, aparece “leal” y amplia lo dicho con “fidelidad y reconocimiento”

La lealtad, imposible pensar en un perro sin añadir este calificativo, es mas, diría que un perro es la lealtad en si misma, para encontrar la correcta definición de ella, solo basta con mirar a nuestro “fiel” amigo, nosotros somos eso para el, amigos, no dueños, formamos parte de su vida, es más, sin nosotros su vida carece de sentido y ocurra lo que ocurra, el siempre estará a nuestro lado, en la salud y la enfermedad, en las alegrías y las penas, en la riqueza y en la pobreza, todos los días de su vida.

El, lamerá nuestra mano, independientemente que este vacía de comida, dormirá en el frió suelo, si ello le permite estar cerca de nosotros, cuando todos nuestros amigos nos hayan vuelto la espalda, el siempre estará ahí, regalándonos su amor, compañía y protección, su lealtad llegara hasta el extremo de que cuando nuestra hora nos llegue y todos hayan continuado su vida, amigos, familia, el, se tendera en el frió mármol de nuestra sepultura con la cabeza entre las patas, los ojos tristes con esa mirada perdida desde abajo, velando nuestro sueño eterno, acompañándonos hasta, incluso, dejarse morir para así poder continuar a nuestro lado en la otra vida.

En las ruinas de Pompeya se encontró a un perro que cubría a un niño pequeño con su cuerpo, en un intento desesperado de protegerlo de la nube de cenizas, y no fue esta la primera vez que lo hizo, en su collar se encontró que había tres marcas de reconocimiento por otras tantas veces que salvo la vida de su joven amo.

Pero, no solo esta lealtad es con los seres humanos, también se da entre perros, hay casos de perros que se privan de su comida para llevársela al amigo enfermo que no puede moverse, Smythe, en “Animal Psychology”, relata una anécdota de dos terriers que solían cazar juntos, uno de ellos se cayo en un pozo minero abandonado y fue encontrado cuando siguieron al amigo, que todos los días, después de comer –teóricamente- , se encaminaba decidido hacia la entrada de uno de esos pozos, cuando llegaron a el, oyeron unos ladridos en la profundidad del oscuro pozo, cuando el equipo de recate recupero al perro, que estaba a doce metros de profundidad, se sorprendieron al encontrarlo en una cornisa, acompañado de huesos frescos y trozos de pan que el dueño identifico como parte de la comida del fiel amigo.

En un libro sobre perros del siglo XIX, cuanta la historia de un guarda de caza, que volvió al castillo después de una cacería y deposito encima de la mesa de la despensa las piezas cobradas, salió cerrando la puerta sin darse cuenta que había dejado al perro encerrado dentro, poco después, le llamaron inesperadamente y tuvo que partir de viaje regresando días después, al ir a la despensa a recuperar la caza abandonada, se encontró con la desagradable sorpresa de encontrarse al can muerto junto a la puerta, su pena fue inmensa cuando comprobó que, encima de la mesa, estaban los once pares de perdices y cinco urogallos ¡INTACTOS!, el pobre perro, había preferido morir de hambre antes que transgredir la confianza y su obligación.

También esta la historia del famoso perro japonés Hachi-Ko –protagonista de una película, con una estatua y ejemplo de lealtad para los escolares japoneses- que todos los días iba a la estación del tren a esperar a su despistado amo –un profesor-, pero un día de 1925, el amo no volvió, el pobre perro no podía saber que había fallecido en el trabajo, los amigos del profesor, le encontraron un nuevo hogar, pero el, se las ingeniaba, todos los días, para escaparse y poder ir a la estación a esperar la llegada del viejo profesor, el día que murió, a los doce años de edad, fue declarado de luto nacional, y se nombro, oficialmente, a la raza Akita como “monumento viviente” en recuerdo de Hachi-Ko.

El perro Heroe del año en 1995 fue Bailey, un perro mezcla de retriever de la bahía de Chesapeake y de labrador, que cuando a su dueño le ensarto un toro contra una valla y lo golpeo furiosamente varias veces en la espalda, el fiel amigo intervino lanzándose contra su cabeza, mordiendo al toro en la nariz y orejas, permitiendo así que su dueño se escapase por debajo de la valla, apoyándose en Bailey consiguió llegar hasta su casa, donde tras una larga convalecencia consiguió recuperarse y continuar su vida junto a su fiel y valiente amigo.

Un gato, o cualquier otra mascota, puede sentir placer con nuestra compañía, incluso “querernos”, pero, me resulta muy difícil imaginar a ninguno que arriesgue su vida por salvar la mía, sin embargo, puedo imaginarme sin problemas, a cualquiera de mis perros haciéndolo sin vacilar, incluso la vieja Fetiche, que siempre guardará su lealtad para Chris, lo haría, seguramente como deferencia hacia ella.

Si la lealtad de los perros fuese solamente un comportamiento instintivo, cualquiera que proteja a un perro podría ganársela, pero, bien es sabido por aquellos que tenemos perros, que es dificilísimo que un perro cambie la lealtad, incluso con un cambio de amo, cabe la posibilidad que jamás nos trasfiera ese sentimiento.

Carvantes, en su “Coloquio de los perros” dice “Bien se que ha habido perros tan agradecidos que se han arrojado con los cuerpos difuntos de sus amos en la misma sepultura. Otros han estado sobre las sepulturas donde estaban enterrados sus señores, sin apartarse de ellas, sin comer, hasta que se les acababa la vida”.

La lealtad esta tan arraigada en los perros que podríamos llegar a pensar que es algo impersonal, innato al perro, pero, los que tenemos la suerte de sentir esa lealtad, sabemos que es un sentimiento real y algo totalmente personal, solo tú lo recibes.

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(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito).
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