Castro-Castalia Bullmastiffs

Primera visita al veterinario, Manual del Cachorro, Castro-Castalia Bullmastiffs
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Manual del Cachorro Bullmastiff, Castro-Castalia Bullmastiffs

Primera visita al veterinario, Manual del Cachorro, Castro-Castalia Bullmastiffs

Strike y Woodoo de Castro-Castalia

Este es un tema importante. Lo primero que has de saber es que la elección del Veterinario que haya de ocuparse de tu cachorro, no puede ser dejada al azar. Tiene que ser una persona con conocimiento y experiencia en perros de razas grandes y gigantes, pues hay indudablemente una gran diferencia entre estos y los demás componentes de la especie canina. Pero además tiene que ser una persona en la que confíes y, también, alguien en quien confíe tu perro. No es tanto cuestión de si la Clínica es muy o poco sofisticada, sino de cómo es el profesional que está en ella y que ha de atender a tu perro y cómo son sus ayudantes... es importante que se tome la consulta con tiempo, que revise al animal con rigor y que este se sienta confiado y cómodo mientras es inspeccionado.

Tu Bullmastiff ha recibido tantos estímulos positivos y está tan socializado que difícilmente rechazará el contacto con las personas y si lo hace con una en particular, siempre que ocurra tendrás que plantearte por qué lo hace... créeme, no será por un impulso injustificado sino mas bien por un instinto de protección que le hace desconfiar; sus razones tendrá.

Como quiera que el Veterinario tendrá que atenderle no solo cuando haya que revacunarle o desparasitarle sino también con una cierta regularidad para ver cómo crece y se desarrolla y, asimismo, siempre que se presente algún contratiempo o complicación de salud, es esencial que tu perro y tu os sintáis confortables en su presencia. Tú debes ser capaz de preguntar cualquier cosa y obtener respuestas claras y explicaciones suficientes que realmente aclaren tus posibles dudas. Tu perro debe dejarse manejar sin miedo. Todo ello será la mejor prueba de que estáis en manos de la persona ideal.

También es importante que sea una persona que admita sus propias limitaciones (¡nadie ha nacido aprendido!) y que en un momento dado, si no conoce la respuesta, en vez de inventársela te diga sencillamente "esto debo consultarlo con un colega" o, muchas veces también, "esto me gustaría contrastarlo con el criador de tu perro". Esas pruebas de humildad le engrandecen, por aquello de que es por las pequeñas cosas por las que se reconoce a los grandes hombres...

Habrá veces que lo que él te proponga entre en conflicto directo con lo que yo te aconsejo. Cuando así sea, si desprecia alegremente mis "instrucciones", entonces tal vez, solo tal vez, sea el momento de cuestionarte si estás en las manos correctas. No olvides que los profesionales de la Veterinaria no siempre están versados en las necesidades concretas ni en las particularidades de las más de cuatrocientas razas caninas reconocidas en España y en el Mundo y a veces pueden ir un poco por detrás de los criadores verdaderamente responsables, que se preocupan de todo lo que tiene que ver con su raza; pero lo lógico es que, en tales casos, digan sencillamente "no conozco este tema" y procuren informarse y reciclarse y no que, por no admitir sus propias limitaciones, continúen erre que erre haciendo algo que el criador --en este caso yo-- ya sé hace meses o años que no funciona para nuestra raza.

Buena prueba de ello es todo lo que tiene que ver con el tema de la Alimentación y la Suplementación durante el Crecimiento y también con los nuevos Protocolos de Vacunación, de todo lo cual tienes senda información en las páginas finales de este dossier. No tengo inconveniente alguno en que fotocopies esos capítulos y le entregues una copia a tu Veterinario. De hecho es importante que lo hagas y, también, que observes su reacción. Si se toma con interés la información, puedes respirar tranquilo; si la desprecia, entonces ve pensando en buscar alternativas. No lo dudes.

Otro tema que debe preocuparte es si el Veterinario es partidario de las alternativas naturópatas para el tratamiento de ciertas afecciones o si continúa empecinado --¡como tantos!-- en arreglar todo con fármacos químicos, muchos de los cuales presentan importantes efectos secundarios. Demasiadas veces, demasiadas, la comodidad y la falta de tiempo (o de interés) hacen que los profesionales continúen recetando esto y lo otro invariablemente y sin preocuparse por estar a la ultima de los avances que en el campo de la Veterinaria se consiguen periódicamente. Por tanto, cuando recete tal o cual producto para tu perro y salvo que sea cuestión de vida o muerte, por favor, consúltalo conmigo. En muchas ocasiones hay alternativas menos agresivas e igualmente eficaces. Lo digo por experiencia.

Ten en cuenta que la primera visita deberá tener lugar alrededor de una semana después de que tu perro haya llegado a casa; ello para que tenga tiempo de sentirse plenamente cómodo contigo antes de acudir a un lugar que por su aspecto, sus olores y todo lo que se "cuece" allí dentro, les resulta de natural muy hostil.

Lleva contigo su cartilla y muéstrasela a tu Veterinario. Coméntale todo lo que se refiere a este dossier y escucha lo que tenga que decirte. Un buen profesional palpará y auscultará al animal, inspeccionará garganta, ojos y orejas, palpará también los ganglios, mirará las mucosas, querrá ver cómo se está desarrollando la dentición, le tomará la temperatura y comprobará su forma de andar y de moverse y su actitud y aspecto general. Es probable que te haga preguntas relacionadas con el aspecto y consistencia de las heces y sobre cuantas veces orina al día y también sobre su dieta y la suplementación que le estás dando.

Conviene que llames de antemano para concertar una cita y consultes si está interesado en que le lleves una muestra de heces; si así fuera, adquiere un botecito esterilizado para muestras de Análisis Clínicos y toma una cantidad de caquita para guardarla en el recipiente; es importante que corresponda a la ultima deposición inmediatamente anterior al momento de la visita. Identifica el contenedor con el nombre del perro, su fecha de nacimiento, la de la muestra y tu número de teléfono.

Cuando llames, aprovecha para indagar si ha habido o hay ingresado algún animal con enfermedad infectocontagiosa (Parvovirus, Coronavirus, Moquillo, Hepatitis o cualquier otra) y si así fuera, retrasa la visita unos días. Créeme, "el seguro murió de viejo". Tu perro está sano, perfectamente desparasitado y vacunado, bien alimentado y atendido y no pasa nada por tardar unos cuantos días mas en realizar la visita de rigor; las precauciones nunca son pocas y, al fin y al cabo, en una Clínica Veterinaria lo normal es que haya perros enfermos, no sanos.

Otro dato importante es que una vez allí, evites que los demás propietarios que esperan, toqueteen a tu cachorro y también que entre en contacto con los restantes congéneres. Personalmente y a lo largo de todos estos años, siempre que he tenido que acudir a una visita veterinaria, he esperado con mis perros en la calle y, si no hace calor ni el coche está al sol, mejor aun, dentro de éste. Ello me ha ahorrado muchos sinsabores y por eso ahora, te hago la misma recomendación.

Todavía una recomendación más; siempre que te surja la más mínima duda sobre el diagnóstico o el tratamiento veterinario recomendado, no dejes de consultarlo conmigo. Tu Bullmastiff se merece sólo lo mejor.

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(Texto original, escrito por Christina de Lima-Netto y Federico Baudin específicamente para esta página Web y protegido con Copyright. No puede ser reproducido ni total ni parcialmente por ningún medio, sin el expreso consentimiento de Castro-Castalia por escrito).

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